SEPTIEMBRE 2022-1
Un hongo entre la hojarasca no siempre es lo que parece
Esta historia empieza en el 2014 en Remedios, Antioquia, en donde Andrés Chinome llegó después de un largo día de campo, muy intrigado porque encontró un nido muy raro, camuflado entre la hojarasca, en la base de una palma con huevos de color blanco y pequeñas manchas oscuras bien definidas en la base. La sorpresa fue mayor cuando eclosionaron los polluelos, unas bolitas de plumón gris oscuro esponjado, que derivó a que nos refiriéramos a este polluelo como Afroel (quienes han pasado largas temporadas en campo sabrán apreciar los pequeños chistes malos que surgen de casi cualquier cosa diferente que aparece cada día). El dueño de este nido fue difícil de identificar, el adulto, café sin muchas otras características distintivas, no nos daba muchas pistas de su identidad, por lo que después de largos días de buscar esta respuesta, decidimos sin mucha seguridad, que el adulto que veíamos en este nido podía ser la hembra de Tachyphonus delatrii.
Después de esta temporada en Remedios, tuve la fortuna de ir como voluntaria a la última temporada del proyecto de búsqueda y monitoreo de nidos en Perú, del que seguro han leído interesantes historias en otras de las entradas de este blog. Es una de las experiencias más increíbles que he vivido. Viví cuatro meses en Pantiacolla sin celular, teléfono, internet ni baño… Todos los días caminaba por la selva durante horas buscando y monitoreando nidos, uno de los cuales demandó especial atención, pues se encontraba a casi dos horas de camino, pero era único y debía ser monitoreado. Fui varias veces, los primeros días que subí a monitorearlo sabía que debía ser sigilosa, pues al llegar al nido los huevos estaban calientes, confirmando que la madre (o el padre) habían sentido mi presencia y había salido del nido un poco antes de mi llegada. Esto nos llevó a poner una cámara trampa en el nido para espiar a nuestro adulto (y grabar una posible depredación, que era uno de los objetivos del proyecto). Un día, logré llegar sin espantar al adulto y pude capturar algunas fotos de esta linda ave en su nido. Después de un par de visitas más, y con la mala espina que me dio llegar al nido y encontrar en ambas ocasiones los huevos fríos, revisé las imágenes de la cámara trampa y para mi sorpresa, un par de noches atrás, una zarigüeya se llevó al adulto después de una agitada pelea, dejando los huevos intactos y abandonados. Con esta y cientos de pequeñas historias más, regresé a Colombia a seguir soñando con nidos y polluelos, y con el “chiflido” de Schiffornis, que se escucha en los exuberantes bosques húmedos de tierras bajas, quien resultó siendo el desafortunado adulto depredado, artífice del nido por el que caminé varias horas cuesta arriba en busca de información.
Al regresar a Colombia, una de las sorpresas que encontré fue que mis compañeros de la temporada de campo en Remedios habían terminado la guía de nidos de Remedios, y mientras la detallábamos caímos en cuenta que este nido identificado anteriormente como T. delatrii era en realidad Schiffornis stenorrhyncha, lo que para mi fue una grata sorpresa, pues es una de mis aves favoritas. Esto nos llevó a empezar a preguntarnos y a atar cabos, entre los curiosos polluelos con afro, el inconspicuo pero elaborado nido, y la cercana relación filogenética de Schiffornis con Laniocera hypopyrra -que por esos días estaba en boca de todo el mundo (…de todo el mundo ornitológico) pues el laboratorio acababa de publicar un novedoso artículo que describe cómo estos polluelos mimetizan tanto morfológica como comportamentalmente a una oruga venenosa- ¿podría ser este plumón denso y oscuro otra estrategia de mimetismo? pensamos entonces que sería muy interesante saber si había manera de encontrar la historia evolutiva del mimetismo Batesiano presente en este grupo de aves.
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Entonces empezó una larga y compleja labor, revisar la literatura para reunir toda la información disponible de la anidación en el grupo Laniisominae, del que hacen parte Laniocera y Schiffornis, y de otros géneros cercanos (Tityra, Pachyramphus, Iodopleura, Oxyruncus, Terenotriccus, Myiobius y Onychorhynchus). Buscamos toda la información disponible sobre la apariencia y el comportamiento de los polluelos, la duración de su periodo de polluelos, la cantidad de viajes de alimentación que hacían los adultos en el día y el tipo de nido de cada especie. Durante esta búsqueda, pude leer divertidos relatos de historia natural de Alexander Skutch, quien fue una de las personas que más información ha aportado al conocimiento de la biología reproductiva por sus observaciones de nidos en Centroamérica. También pudimos obtener gran parte de esta información de los nidos monitoreados en diferentes temporadas de este proyecto.
Al final, publicamos un artículo este año haciendo uso de toda la información recopilada y de la información filogenética disponible, con la ayuda de Julie Allen hicimos un análisis de reconstrucción de caracteres ancestrales, que nos permitió identificar cuáles fueron los pasos evolutivos que se dieron hasta llegar al complejo mimetismo Batesiano en L. hypopyrra. Encontramos que lo más probable es que se haya dado un cambio gradual, en donde primero aparecen adaptaciones comportamentales y cambios en el plumón y finaliza en una modificación de la coloración y la estructura del plumaje. Proponemos además una posible función antidepredadora de la apariencia y el comportamiento de los polluelos de Schiffornis, que podrían estar disfrazándose de un hongo (el plumón como fibras grises oscuro) sobre la hojarasca (el nido). Aunque todas estas conclusiones son impresionantes, una de las más importantes no es la más novedosa, nos falta conocer mucho sobre la historia natural de las aves de nuestra región para poder entender aspectos ecológicos y evolutivos, continuar con estos esfuerzos de búsqueda y monitoreo es una contribución invaluable para el país más diverso en aves del mundo.
Escrito por: Juliana Sandoval-H.
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