FEBRERO 2022-1

SORPRENDERSE ES EL OBJETIVO DE CADA DIA EN CAMPO

La biología reproductiva de las aves ha cautivado nuestra atención durante mucho tiempo, principalmente debido a la enorme diversidad de estrategias reproductivas que estas presentan. ¿O quien por ejemplo no se ha quedado maravillado con la diversidad arquitectónica de los nidos? En algunos casos estos pueden ser exquisitas obras de arte, mientras que otros están encapsulados en la sencillez funcional. Y ni hablar de los huevos que presentan una gama amplia de colores que a menudo forman patrones intrincados muy agradables a la vista. A pesar de esto, nuestro entendimiento acerca de su biología reproductiva es bastante limitado, particularmente en el Trópico, donde no conocemos mucho de sus aspectos básicos, tales como descripciones de huevos y nidos, tamaño de nidada, y estacionalidad reproductiva. Este tipo de información es necesaria para mejorar nuestra comprensión acerca de las estrategias de historia de vida en las aves tropicales, y como estas estrategias pueden variar entre regiones dentro del trópico y también con respecto a las zonas templadas. Además, esta información es esencial para identificar medidas de conservación efectivas, especialmente en especies amenazadas.

Nido del atrapamoscas pechirrojo (Pyrocephalus rubinus) con un huevo y un polluelo

Mi primer acercamiento a este fascinante mundo fue cuando participe como asistente de campo en un proyecto sobre ecología de anidación de aves en el Parque Nacional del Manu en Perú, uno de los enclaves mas biodiversos de la tierra. Allí prontamente fui cautivado por la diversidad de aves, sus colores y comportamientos. Lleno de entusiasmo inicié mi trabajo, el cual consistía en buscar y monitorear nidos, pero prontamente descubrí que era una tarea ardua y muy frustrante. No solo porque los nidos se encuentran generalmente bien camuflados entre la densa vegetación del bosque, sino también porque cuando finalmente son encontrados, los huevos o polluelos casi siempre son depredados antes de completar su ciclo. Sin embargo, con el tiempo empecé a darme cuenta que lo que parece una tarea casi imposible se puede convertir en una actividad a menudo divertida y gratificante. 

Cuando entramos al bosque inmediatamente nos damos cuenta de que un ave podría ocultar su nido en cualquier parte, ya sea sobre tallos y ramas de árboles y arbustos, normalmente recubiertos de epifitas, o entre la hojarasca del suelo. Además, las aves construyen sus nidos con materiales que se mezclan perfectamente con el matiz verde y café de la vegetación y el suelo. Mejor dicho, encontrar un nido allí es como buscar una aguja en un pajar. Sin embargo, existen algunas técnicas con las cuales podemos tener un mayor éxito en la búsqueda de nidos. Estas técnicas son: búsqueda sistemática y/o observación del comportamiento de los padres. En ambas técnicas es necesario permanecer alerta usando todos nuestros sentidos e intuición para detectar cualquier pista que nos pueda ayudar a encontrar un nido. 

La búsqueda sistemática es mi preferida porque te puedes mover por todo el bosque intentando cubrir la mayor área posible, inspeccionando todos los lugares donde posiblemente pueda anidar un ave. La capacidad de identificar los lugares de anidamiento potenciales se va adquiriendo con el tiempo, a través del cual uno se va dando cuenta que muchas especies son especificas seleccionando el lugar de anidamiento. Una vez identificados estos lugares, debes tener en mente la imagen de lo que estas buscando, para así identificar formas y tamaños de los nidos, e incluso los materiales usados para construirlos. 

Nido del atrapamoscas pechirrojo  (Pyrocephalus rubinus) usando materiales de construcción disponibles en un ecosistema rural

Por otro lado, la búsqueda por observación de comportamiento es una técnica eficiente, pero que requiere mucho tiempo y paciencia. Debes estar buscando permanentemente aves con comportamientos sospechosos como llamados de alarmas, despliegues de distracción y transporte de materiales de construcción y alimento. Una vez localizado un individuo con este tipo de comportamientos, se debe identificar la especie, la cual va a dar una idea de donde y que tipo de nido buscar. Al mismo tiempo debes tratar de camuflarte dentro la vegetación sin perder de vista el ave, esperando que esta se acerque al nido y puedas ubicarlo a la distancia. Esto puede tardar de unos cuantos minutos a horas, dependiendo del tipo de ave, ya que algunas especies son muy relajadas con la presencia de extraños alrededor del nido; mientras otras son muy susceptibles y después de darse cuenta que están siendo vigiladas dejan caer lo que tengan en el pico y se alejan del lugar. 

Estas dos técnicas no son excluyentes y se pueden usar de manera alterna para aumentar la eficacia de la búsqueda. De acuerdo con mi experiencia, a medida que vas adquiriendo el conocimiento de estos detalles para cada especie, te vas a ir sintiendo cada vez mas fascinado por esta labor y siempre vas a estar en la búsqueda de un nido. Para mi no hay una sensación mas emocionante que ubicar un nido ya sea con huevos o polluelos, tanto que mientras que me voy acercando y voy viendo que hay algo dentro del nido, el corazón me va dando vuelcos. Para mi, el éxito de un día de campo depende de cuantos nidos haya encontrado. Aunque, un solo nido es suficiente para convertir un buen día de campo en uno grandioso. 

Asimismo, esta labor en la mayoría de los casos puede tornarse divertida cuando adquirimos esa capacidad de enfocarnos en lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor. Como resultado empezamos descubrir y redescubrir cientos de detalles que normalmente pasan desapercibidos, de ahí que sorprenderse sea uno de los objetivos de cada día. Y como no hacerlo si al estar moviéndose sigilosamente dentro del bosque en busca de nidos, de repente te puedes encontrar frente a frente con criaturas majestuosas, desde insectos hasta grandes mamíferos. ¡Tales encuentros hacen que te invadan sensaciones de estupor y sientas al mismo tiempo diferentes emociones! felicidad, ansiedad y un poco de miedo.

Macho y hembra del atrapamoscas pechirrojo  (Pyrocephalus rubinus) en un ecosistema rural

Finalmente quiero hacer un llamado a biólogos y amantes de las aves en general, para que un poco del tiempo que destinan a llenar extensos listados de especies lo dediquen a observar y documentar los diferentes comportamientos reproductivos de las aves; dado que esta información es crucial para su investigación y conservación. Y para ello no es necesario ir a los lugares mas recónditos en búsqueda de las especies mas raras, simplemente se pueden hacer desde tu ventana, patio o en el parque de tu barrio. Pues es factible que la información para esas especies comunes no este disponible. Les aseguro que se pueden asombrar con la cantidad de actividades y comportamientos que podemos descubrir solo con observar.

Escrito por Manuel Sanchez Martinez

Fotos y video: Karolina Fierro-C.

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