DICIEMBRE 2021-1
EL BIENPARADO O MIRA PAL CIELO
Somos Victor y Angelica, “Guarda humedales” del grupo de ecosistemas del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente - Dagma.
En el Ecoparque Ambiental corazón de Pance, sector El Embudo, recibimos grupos programados para recorridos de educación ambiental. La primera semana de agosto del 2021 vimos por primera vez un bienparado (Nyctibius griseus) perchado en una rama de un árbol flor amarillo seco y muy visible al ojo humano. El 13 de agosto recibimos un grupo juvenil de observadores de aves coordinado por el biólogo Jorge Mogollón y él nos habló un poco del comportamiento de esta ave nocturna que en ese momento estaba sola.
En nuestros recorridos casi a diario de supervisión por el Ecoparque, veíamos que seguía ahí perchada en su rama y con su comportamiento “normal" al sol y al agua, mirando pal cielo, no se movía de su lugar. En una actividad el 18 de agosto, la bióloga Alejandra Zamorano nos hizo caer en cuenta que el bienparado nos miraba, pero no se movía de su lugar y cuando algún ave pasaba cerca o nosotros nos movíamos él abría grande su pico.
Foto 1. Bienparado Nyctibius griseus en el Ecoparque El Embudo
El 27 de agosto, en una capacitación con la Asociación Calidris sobre las aves de mi ciudad, pudimos observar el bienparado con binoculares. Junto con los biólogos Giovanni Cárdenas y Dina Luz Estupiñan vimos que debajo de su cuerpo se asomaba un montoncito blanco. Para nuestra sorpresa y fortuna era un polluelo, y era la primera vez que lográbamos presenciar un acontecimiento así. Entonces, decidimos prestarle atención a la madre bienparado y a su hijo en nuestros recorridos de supervisión, que eran casi a diario por el Ecoparque. Siempre veíamos a la mamá bienparado con su polluelo de color blanco que poco a poco fue asomándose y se hacía a su lado.
El 9 de octubre estábamos en labor de mantenimiento y moviendo material vegetal hacía la compostera del Ecoparque, cuando notamos que el polluelo estaba solo. Su mamá no volvió a percharse con él. En ese momento, el polluelo tenía aproximadamente 6 semanas, estaba más grande y empezaba a tener unas pocas manchas oscuras en su plumaje. Estábamos preocupados por la ausencia de la mamá bienparado, pero Dina luz nos calmó y nos contó que era parte de su comportamiento para que el polluelo pudiera ser independiente. No sabemos si la mamá bienparado lo alimentaba en las noches.
Desde el 13 al 25 de octubre notamos el cambio de su plumaje: tenía muchas plumas de adulto y solo unas muy pocas plumas blancas. Hasta la primera semana de noviembre, aproximadamente con 10 semanas de edad, estuvo este polluelo en la misma rama seca en donde nosotros logramos ver el proceso de desarrollo. Se había desplazado en esa semana un poco más abajo de la rama donde inicialmente estaba con la mamá. El 6 de noviembre uno de los fotógrafos de aves que nos visitan en el Ecoparque le tomó una foto perchado en una rama seca con vegetación a su alrededor. El polluelo ya no era tan polluelo, estaba mucho más grande y su plumaje era mucho más oscuro, nos llenaba de felicidad saber que estaba “sano y a salvo".
El 10 de noviembre en nuestros recorridos habituales notamos un “reguero" de plumas en el suelo y cuando nos acercamos para detallarlas, una corazonada nos dijo que nuestro polluelo había sido víctima de un depredador. Nos contactamos con Dina Luz con la esperanza de que nos dijera que era otra ave. Ella nos pidió fotos y algunos videos de lo que habíamos hallado, pero desafortunadamente nos confirmó que eran de un bienparado. Fue una noticia muy dolorosa.
Nuestra ilusión era ver a esta cría crecer y reproducirse en el Ecoparque, como lo hizo su mamá, y criar a su polluelo ahí. Nosotros presenciamos su desarrollo, con encariñamos con él y este evento de depredación fue muy triste. Sabemos que este tipo de comportamientos son naturales, pero no deja de ser doloroso recordarlo. Aún buscamos en los árboles algún bienparado, esperando una sorpresa de nuevo.
Escrito por: Angélica Silva García y Victor Velasco. Guardahumedal, DAGMA
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