JULIO 2021-1
Urbanización, temperatura y aves locales
La creciente urbanización ha traído consigo cambios en el hábitat, contaminación por ruido, establecimiento de luces artificiales y nuevas edificaciones que indispensablemente necesitan cemento o asfalto. ¿Por qué menciono estos y no otros materiales? Porque estos contribuyen a aumentar la temperatura en las ciudades y generar el llamado "efecto de la isla de calor". Las ciudades son islas de calor porque los materiales usados para las construcciones de edificios y carreteras absorben más radiación solar y generan un cambio en el balance hídrico y un aumento de temperatura en las ciudades.
Estoy interesada en saber cómo la urbanización, que contribuye al aumento de la temperatura en las ciudades, afecta a las aves urbanas. Las aves urbanas podrían presentar características corporales que les ayuden a ajustarse a la temperatura de la ciudad. Por ejemplo, el tamaño corporal se relaciona inversamente con la temperatura que este puede alcanzar; así, las aves pequeñas tienden a tener temperaturas corporales elevadas y las aves grandes tienden a temperaturas corporales bajas. También, los picos más grandes permiten una mayor capacidad de pérdida de calor.
Para poner a prueba la hipótesis, realicé mi trabajo en campo en dos localidades de estudio: la Universidad Icesi, como localidad urbana y el Ecoparque El Embudo, como localidad rural. El trabajo en campo consistía en hacer uso de redes de niebla para capturar las aves, identificarlas y medir sus características morfológicas en campo. Seguidamente, las llevé al laboratorio y las puse en una caja, tipo nevera pequeña, que me permitía controlar la temperatura. Una vez el ave se encontraba en la nevera, ajusté la temperatura inicial en 27°C y aumenté 3°C cada 15 minutos hasta alcanzar los 42°C (esta es la temperatura corporal de las aves y ningún individuo fue lastimado). Durante este tiempo tomé una serie de fotos térmicas mediante el uso de una cámara térmica. Posteriormente, analicé estas fotos y obtuve datos térmicos del pico, cabeza, frente, ojo, espalda alta, espalda media, flanco, pecho, vientre, tarso y falange de cada ave (Figura 1). Para llevar a cabo mi trabajo fue necesaria una aprobación por parte del comité de ética; obtuve todos los permisos y cuento con suficiente experiencia para capturar y manipular las aves.
Figura 1. Polígonos trazados para estimar la pérdida de calor en cada sección del cuerpo.
Mis datos mostraron que las aves urbanas están usando estrategias fisiológicas y morfologías que les ayudan a perder más calor que las aves rurales. Las aves urbanas presentan cuerpos pequeños y picos más grandes, en comparación con aves rurales. El pico en particular es un disipador eficaz de calor, y a medida que las otras partes del cuerpo empiezan a ganar calor, el pico también lo hace pero en una menor cantidad, por área de superficie, en temperaturas altas.
También identifiqué que el tarso es la estructura que más utilizan para disipar calor tanto en áreas urbanas como rurales. De modo que, con estos resultados, es posible entender que las aves están usando diferentes estrategias para disipar el calor dependiendo del lugar donde viven, ya se rural o urbana. Finalmente, se puede afirmar que los estudios que involucran los procesos de urbanización y la avifauna son de gran importancia dado que nos permiten conocer cómo estas responden a los cambios generados en su hábitat y predecir si podrían asimilar cambios futuros a grandes escalas.
Escrito por: Jerlly Daniela Vidal.
Fuentes:
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