MARZO 2020

Historias desde el campo

Desde el año 2017 he tenido la oportunidad de participar varias veces como voluntario en redes de niebla del proyecto Gradientes Colombia. Con certeza puedo decir que cada una de estas participaciones ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida, gracias a cada una de ellas he podido enriquecerme en conocimiento sobre aves Neotropicales y he desarrollado un gran amor e interés por estas. Al mismo tiempo, participar en el proyecto me ha permitido conocer algunos de los lugares más espectaculares, biodiversos y retadores de Colombia, la mayoría dentro de áreas protegidas tan importantes para nuestro país como lo son PNN Tatamá (Cerro Montezuma) y PNN Farallones de Cali (ZYGIA, El Danubio, Anchicayá). De cada uno de estos sitios me he llevado muchísimas experiencias, enseñanzas, anécdotas, sonrisas, grandes amigos, muchas horas de caminatas espectaculares, imágenes de paisajes hermosos y cientos de pájaros nuevos (también algunos mamíferos, herpetos y plantas increíbles) que para mí representan esa gratitud del deber cumplido como voluntario.


Sin duda realizar esta clase de trabajo de campo, marcó un antes y un después en mi formación como Biólogo. Gracias al proyecto pude poner en práctica gran parte del conocimiento adquirido mediante libros o profesores, lo que me permitió desarrollar y perfeccionar habilidades que hoy en día me facilitan las cosas en el ámbito académico/personal. Por ejemplo, aprendí muchas cosas acerca de la toma de datos científicos, el planteamiento y desarrollo de preguntas de investigación, la convivencia en momentos difíciles, técnicas de supervivencia y sobre todo pude desarrollar la capacidad de cuestionarme sobre cómo y por qué se dan algunos procesos naturales, entre muchas otras cosas. Todo esto gracias a los grandes investigadores y sobre todo magníficas personas con las que he podido compartir en cada temporada de campo. A ellos les agradezco por estar siempre dispuestos a transmitir ese conocimiento que alguna vez ellos recibieron de la misma forma.


Por último, y como lo mencioné anteriormente en cada una de las temporadas en las que he podido participar del proyecto, pude capturar y/o avistar cientos de especies de aves, algunas de gran importancia para Colombia como Diglossa gloriossisima (primera foto), Bangsia aureocincta (segunda foto)¸ Chlorochrysa nitidissima (tercera foto), Henicorhina negreti, etc. Unas tan hermosas y carismáticas, como Geotrygon purpurata¸ Spizaetus tyrannus, Bangsia edwarsi, Tangara florida, Chrysothlypis salmoni, Grallaria ruficapilla, Glaucidium jardinii, Formicarius rufipectus, Drymotoxeres pucherani, entre otras que se me escapan en este momento, pero cada una de ellas contribuyó a que hoy en día sienta que las aves y todo lo relacionado con el proyecto me ayudaron a crecer como biólogo y como persona.

Escrito por: Santiago Muñoz, estudiante de pregrado en biología de la Universidad Icesi


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